La sal rosa del Himalaya, reconocida por su característico color rosado, es un producto que ha ganado popularidad como alternativa a la sal común.
Aunque su nombre sugiere un origen en las montañas del Himalaya, en realidad proviene de la mina de Khewra en Pakistán.
Este tipo de sal de roca se ha convertido en un símbolo de lo "natural" y "saludable", con un precio más elevado que la sal de mesa convencional y una percepción de ser gourmet.
Esta sal no refinada contiene, según algunas fuentes, hasta 84 minerales esenciales, aunque estudios recientes solo han confirmado la presencia de una decena de ellos, entre los que destacan el cloruro sódico, magnesio, potasio e hierro.
También incluye impurezas como yeso y trazas insignificantes de elementos como plomo y mercurio.
Propiedades atribuidas a la sal rosa del Himalaya y la realidad científica
Desde su popularización en Alemania por Peter Ferreira, la sal rosa se promociona como un remedio para diversas afecciones. Entre sus supuestos beneficios se incluyen:
- Regulación de la presión arterial y prevención de arritmias.
- Mejora en la funcionalidad de los riñones y prevención de retención de líquidos.
- Alivio de calambres musculares gracias a su contenido de electrolitos.
- Acción antibacteriana, antiinflamatoria y apoyo al equilibrio ácido-base de la sangre.
Sin embargo, expertos han señalado que muchas de estas afirmaciones carecen de respaldo científico sólido.
Aunque la sal rosa tiene un sabor más intenso que la sal común, lo que puede llevar a consumir menos cantidad, sus efectos beneficiosos reales son limitados.
Por ejemplo, su capacidad para prevenir calambres podría estar asociada al equilibrio de electrolitos que toda sal proporciona, pero no supera significativamente a otras alternativas.
La sal rosa del Himalaya ha ganado popularidad en los últimos años | Getty Images
¿Más saludable o un efecto de marketing?
Un punto importante es que la sal rosa no se somete a procesos químicos, lo que conserva sus propiedades naturales y también sus impurezas.
Sin embargo, algunos investigadores que recoge Psicología y Mente en un artículo, han sugerido que su distintivo color rosado podría deberse más a un proceso de fabricación que a una pureza intrínseca.
A pesar de su composición similar a la sal común, su menor contenido de sodio por porción, debido a que se utiliza en forma de grandes cristales, puede ser menos perjudicial en dietas con consumo moderado.
No obstante, la idea de que la sal rosa es significativamente más saludable parece responder más a estrategias comerciales que a evidencias concluyentes.
Aunque la sal rosa del Himalaya puede ser una alternativa interesante por su sabor y estética, no es una solución milagrosa.
Como con cualquier tipo de sal, su consumo debe ser moderado para evitar problemas de salud asociados al sodio.
Además, se requieren más estudios para confirmar los beneficios que se le atribuyen.
Al final, la clave está en equilibrar nuestra dieta y consultar con especialistas en caso de dudas.