La nueva comedia romántica de Netflix, Nadie quiere esto, logró posicionarse rápidamente en el top 5 de lo más visto de la plataforma.
Con Kristen Bell y Adam Brody como protagonistas, la serie cuenta la historia de Joanne, una podcaster agnóstica, y Noah, un rabino recién salido de una relación larga.
Ambos deben enfrentarse a sus diferencias, miedos e inseguridades, así como lidiar con familiares que, a veces, apoyan su relación y en otras ocasiones, la sabotean.
Inspirada en la historia real de Erin Foster
La trama de Nadie quiere esto está basada en la vida real de la creadora del programa, Erin Foster, y su esposo Simon Tikhman.
Aunque provienen de mundos muy distintos, su historia de amor sirvió de inspiración para la serie.
Foster, quien antes de conocer a Tikhman tenía una visión del mundo muy clara, confesó en una entrevista con GQ: "Esta es mi visión del mundo. Nadie podrá cambiarla. Estos son mis hábitos. Son lo que son".
Sin embargo, el encuentro con Simon cambió su perspectiva de vida, lo que la llevó a convertirse al judaísmo antes de casarse en 2019.
Según recoge People, Erin y Simon se conocieron en un gimnasio en 2018, y, aunque sus orígenes eran diferentes, su relación prosperó rápidamente.
Menos de un año después, se comprometieron y celebraron su boda en Nashville bajo una ceremonia tradicional judía.
Entre la realidad y la ficción
Si bien la relación entre Joanne y Noah está inspirada en la vida de Foster y Tikhman, hay diferencias importantes entre la ficción y la realidad.
En su podcast The World’s First Podcast, Foster contó cómo algunas situaciones de la serie están directamente basadas en su relación con Simon.
Uno de los momentos que destaca es el episodio seis, donde Noah conoce a los padres de Joanne y lleva un ramo de girasoles, lo que causa incomodidad en la protagonista.
Este incidente ocurrió realmente cuando Simon llevó girasoles al conocer a los padres de Foster.
"Bueno, si alguien se esfuerza tanto, se siente como una debilidad", recordó Foster en una entrevista con New York Magazine, refiriéndose al episodio real. Este tipo de situaciones, que en la serie se describen como "grimita", son una muestra de cómo Nadie quiere esto explora los desafíos y malentendidos en las relaciones de pareja.
Un elenco con personajes originales
Aunque muchos de los personajes secundarios de Nadie quiere esto no están basados en personas reales de la vida de Foster, hay una excepción: el personaje de la madre de Joanne, interpretado por Stephanie Faracy, está inspirado en la madre de Foster, Rebecca Dyer. Foster mencionó a People que su madre aprobó la interpretación, calificándola de “muy divertida”.
Además, Foster incluyó un cameo de Marina Tikhman, la madre de su esposo, quien aparece en una escena de la serie. Foster bromeó diciendo que su suegra se mostró como una “gran diva en el set”, disfrutando del proceso de maquillaje y peinado.
Una comedia romántica madura y realista
El propósito de Nadie quiere esto no es solo contar la historia de Erin Foster, sino también ofrecer una comedia romántica en la que el protagonista masculino sea un buen hombre sin ser un "pusilánime". Foster quería mostrar que “un buen chico también puede ser el chico 'aplastable' con el que quieres terminar".
Kristen Bell, quien interpreta a Joanne, afirmó que Foster fue muy abierta al compartir detalles de su vida para dar forma a los personajes.
"Erin nos habló mucho de sus experiencias… nos contó toda la historia de cómo conoció y salió con su marido", explicó Bell.
Foster también espera que la serie sirva como inspiración para aquellos que buscan una historia de amor madura y realista, especialmente para quienes sienten que el tiempo para encontrar el amor se está acabando. "Es un momento aterrador… pero no se trata de tener todo al mismo tiempo", añadió Foster.