Jake Gyllenhaal tuvo que hacer sacrificios extremos para prepararse para su papel en Road House. En este remake moderno de la película de Patrick Swayze de 1989, el actor interpreta a Elwood Dalton, un ex luchador de la UFC.
En la nueva versión, Elwood acepta un trabajo como portero en un bar de carretera de los Cayos de Florida, solo para descubrir que el paraíso no es todo lo que parece. Conor McGregor, luchador de la UFC en la vida real, también protagoniza la cinta.
En una entrevista en This Morning, Gyllenhaal explicó que su personaje requería un físico impecable, lo que implicaba una dieta estricta. Reveló que incluso durante el rodaje, se abstuvo de comer cualquier cosa que no estuviera permitida en su régimen, llegando al extremo de no probar ni siquiera una patata frita.
"Si te fijas bien, no como tacos. Me ves coger el plato y dar las gracias, y luego la escena se corta y nunca me ves probar bocado. Llevaba un régimen estricto, una patata frita habría bastado para todo", admitió Gyllenhaal.
Peleas falsas con verdaderos luchadores
Además de las restricciones alimenticias, Gyllenhaal también tuvo que enfrentarse a desafíos físicos en el set, especialmente durante las escenas de lucha con Conor McGregor, quien interpreta a un personaje clave en la película. Gyllenhaal confesó estar "totalmente aterrorizado" durante estas escenas, reconociendo la habilidad de McGregor para la lucha.
Luego explicó cómo el luchador de la UFC tuvo que enseñarle a "fingir una pelea" y hacer que pareciera más creíble para el público.
"Estaba entrenando con luchadores profesionales, que realmente podían darme una paliza, cómo darme una paliza, para que la gente se lo creyera de verdad. Su capacidad para juzgar la distancia no la tiene nadie. Trabajar con alguien que puede hacer eso también tiene su parte de seguridad", explica.
Jake Gyllenhaal también reveló una lesión que sufrió en el set mientras filmaba una de las intensas escenas de lucha.
"Luchamos en el suelo, luchamos alrededor de mesas. Peleamos alrededor de cristales, aunque sean cristales rompibles. Puse la mano en la barra, un puto cristal recto. Sentí que el cristal se me metía en la mano", añadió, antes de explicar cómo se le "hinchó todo el brazo", producto de una infección por estafilococos.