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Jorge Drexler en el Movistar Arena: el regreso impecable del trovador moderno

El cantante uruguayo se presentó en el Movistar Arena, con un setlist versátil que terminó en fiesta y dejó más que contentos a los fanáticos.

JORGE DREXLER / MOVISTAR ARENA

El cantautor uruguayo Jorge Drexler regresó a Chile para realizar una presentación de su gira Tinta y tiempo este sábado 30 de septiembre, frente a más de 12 mil personas que esperaban ansiosas en el Movistar Arena para cantar sus más grandes éxitos.  

Las anfitrionas del show previo fueron Laia, el trío chileno de folk que fue elogiado por Drexler, y fue parte de su presentación el año pasado. Luego de su presentación, todo quedaría en manos del cantautor, que hizo esperar su llegada.

El show comenzaba a las 21:00 horas, y a las 21:05 el público empezó a impacientarse e intentó apurar al cantante entre aplausos esparcidos, que rápidamente inundaron la cúpula. Tanto Drexler como su música son el rostro de la tranquilidad, y las presiones de los fanáticos no pudieron obligarlo a aparecer. Finalmente, subió al escenario a eso de las 21:20. Digamos que estaba esperando, con mucha gentileza, a que llegaran los que se habían atrasado. 

JORGE DREXLER / MOVISTAR ARENA
LA CLAVE PRODUCCIONES - @erickvalero.cp / @presentatech

De Plan Maestro a Amor al arte

La canción con la que Drexler subió al escenario, fue Plan Maestro, la primera pista de su más reciente álbum. 

El concierto recorrió de forma versátil algunas de las canciones que marcaron la trayectoria del artista, con pistas como Me haces bien, Inoportuna, Deseo, Tinta y tiempo, y La milonga del moro judío y El pianista del gueto de Varsovia, para sorpresa de los fanáticos. También sonaron colaboraciones como Bolivia (originalmente con Caetano Veloso), Universos Paralelos (dedicada a Ana Tijoux), Asilo y Tocarte

Drexler anunció el término del show con una versión de Sea que bordeaba la euforia, entre luces azules y aplausos de un público que se paró de sus asientos para despedirlo (y bailar). Pero eso no era lo último que el músico y su banda tenían preparado. 

El cantante volvió para un encore que comenzó pacífico con Don de fluir y que se fue convirtiendo en fiesta de a poco hasta llegar a su éxito Todo se transforma, con el que hizo su segunda salida en falso, fingiendo haber finalizado un show exitoso. 

La última pista que tocó —entrando por tercera vez al escenario— fue Amor al arte, que fue el punto cúlmine de la celebración. La banda bailó, Drexler bailó, el público bailó, y se despidió definitivamente (por ahora) del cantante uruguayo que había robado su atención por las últimas dos horas y media. 

Un show multitudinario e íntimo a la vez

A lo largo del concierto —el más multitudinario de su vida, según comentó—, Drexler recordó que sus primeras presentaciones en nuestro país habían sido para alrededor de doce personas. Al escuchar esa anécdota, sería lógico  esperar encontrarse con una dinámica diferente, ahora que el músico se presenta ante un Movistar Arena casi lleno. Pero Jorge Drexler tiene una capacidad única para hacer que su show se sienta como una presentación íntima desde cualquier esquina del recinto.

A veces, el concierto se sintió como una clase de historia, a veces parecía un monólogo. Otras veces –cuando el cantante decide hacer el show acompañado exclusivamente de una guitarra y un foco– se siente como una fogata. Y cuando el público armoniza, es como escuchar un coro de misa. 

Quizás lo único que sorprende más que su cercanía y la elocuencia de sus letras, es el carisma de Jorge Drexler. Es que dos horas y media de show podrían ser agobiantes para cualquiera, pero él y su banda supieron llevarlo con gracia. Acompañado o por sí solo, el uruguayo es magnético, su alegría es contagiosa, y su música exige atención. 


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